CURVAS VIDA Enero 1, 2018

2018: 7 resoluciones para un nuevo año

Feliz año a todos! Si ya sé que es algo repetitivo, que vienen 365 nuevas oportunidades para hacerlo mejor y todo eso, pero en verdad este día de descanso me hace reflexionar un poco, de manera algo obligatoria, porque me es imposible hacerme la loca cuando todos estamos celebrando una nueva vuelta al sol.

Ya con casi 42 años trazar rutas que seguir se me hace necesario a modo de brújula para coordinar mis esfuerzos de tomar una dirección constante, también para mirar mis avances y evitar estancarme especialmente dejando que las cosas pasen por mi lado sin tomar el control de ellas. Acá les muestro mis 7 resoluciones para un nuevo año.

1.- Cuidar mi estima

Es mi propio llamado a no autoboicotearme y confiar en mi. Hay gente que por naturaleza tiene la estima alta, así como otros no pueden dejar de tirarse para abajo de manera sostenida. También estamos los otros que según factores ambientales o por quienes nos rodean, solemos dudar. Siempre habrá gente que nos influye de mala manera y no siempre podemos alejarnos de ellas, quizás porque son compañeros de trabajo o porque son parte de nuestra familia. Lo importante es que esta “mala onda ambiental” no nos afecte. Lo importante es enfrentarle, mirarlo a los ojos y no dejar que te afecte en el corazón.

Todos podemos tener diferentes opiniones, lo importante es darle solo la importancia que tienen. Es solo una opinión, no necesariamente es la realidad.

2.- Consentirme 15 minutos al día (por lo menos)

Mini rituales que pienso declarar como espacios mios y necesarios. Una tina caliente, sesión de belleza profunda en el baño, meditación, un disco completo en mis audífonos con los ojos cerrados. 15 minutos enfocados en mi y para mi. No incluye los básicos de preparación diaria, son extras.

3.- Comer menos “innecesarios”

Las tentaciones. Este año me he controlado bastante, haciendo de los actos que antes eran casi reflejos, algo más consciente. Pero caigo siempre.

Debo fijarme en esas comidas que son solamente “porque es la hora de comer” o porque “fijo que si no como antes de salir me va a dar hambre”. Creo que tengo que alimentarme cuando realmente tenga hambre y no cuando “crea” que me va a dar hambre.

4.- Fijarme en mi nutrición

Calidad antes que cantidad. Bajar la porción innecesaria. Lo que se come de sobra se convierte en veneno en el cuerpo, en desperdicio. Tener en cuenta. Ver la calidad de lo que estoy comiendo.

5.- Seleccionar mi closet

Editar lo que uso y fijarme más, dejar de comprar ropa innecesaria no que “me va a quedar buena cuando baje de peso” La verdad es que mejor espero a que ese día llegue antes de comprar la ropa para futuro. Es como comprar para cuando tenga 60 años. Probablemente ese día no llegue o quizás en ese futuro ni siquiera usemos ropa. (Wow)

6.- Dedicarle más tiempo de calidad a mi familia

Esto se aplica principalmente a no mirar tanto el cel y la tablet cuando estoy con mi hija.

Por el trabajo y las obligaciones, el tiempo que tenemos con nuestra familia es corto y a veces nos toma cansados, con ganas de no responder y casi quedarnos pegados en un sillón con los ojos cerrados. Me pasa frecuentemente y lo he conversado con amigas que están atrapadas en la misma dinámica. Llegamos a casa arrastrándonos después de intensos días en nuestro trabajo y nos olvidamos de lo más importante y que para muchos de nosotros son la razón de levantarnos cada día. Nuestra familia.

7.- Paciencia y empatía

Super relacionado con el punto anterior. Desde que estoy trabajando tiempo completo mi nivel de energía ha disminuido tanto que ante un mínimo requerimiento o problema me dan ganas de explotar. Mi paciencia para resolver y enfrentar es menor y ni siquiera tengo energía para escuchar. Resultado: me enojo o no pesco, ambos igual de dañinos para mi y para quienes me rodean.

El año pasado a finales de septiembre, estaba por mandar a la cresta todo. Tenía una sensación de ira sin explicación y que casi me salía por los poros. Sabía que era algo relacionado con el trabajo pero que estaba afectando mi vida familiar e interior. Aunque trato de dejar los problemas en la oficina, esta vez se estaban viniendo conmigo, no los podía olvidar y algo inesperado paso. Me caí.

Me caí en una escalera y me hice un esguince leve de tobillo. Este esguince ahora lo veo como un evento que me hizo parar, bajarme del torbellino de trabajo, emociones y locura del que venia y descansar de manera obligatoria. No tuve más opción.

Creía que la recuperación sería fácil y rápida pero no. Tuve que hacerle caso a mi cuerpo y dejarlo sanar. Aún no me recupero del todo. Tuve que entender y aceptar. Para mi fue una lección.

Poner en práctica todo esto es mi desafío y escribirlo hace realidad, como una primera parte, mi deseo de avanzar como persona teniendo una hoja de ruta a la cual recurrir en momentos en los que me sienta un poco fuera de foco o alejada de mi.

¿Alguna resolución que quieran declarar? Este es el espacio ideal para que podamos conversar y conocernos un poco más. Besos de Año Nuevo para todas.

 

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