La cosa es simple, así. El mes pasado Zara sacó una campaña de marketing llamada “Love your curves” donde obviamente da un mensaje muy positivo enfocado a aceptar y querer tu cuerpo, hasta ahí todo muy bien, lo extraño de este mensaje esque está apoyado en una imagen de dos quinceañeras de delgados cuerpos donde las curvas solo se insinúan como los de cualquier niña talla S o XS.

Obviamente en el público donde las curvas son algo más pronunciadas esto no cayó muy bien, no porque las niñas tuvieran algún problema con su cuerpo, sino por la incongruencia del mensaje con la imagen.

Muchas nos preguntamos ¿dónde están las curvas?. Si bien no se puede negar que las curvas no son exclusivas de las mujeres llamadas Curvy, o XL, o que se yo, hay una tendencia a apropiarse de esa palabra como un estandarte casi de lucha por la reivindicación del cuerpo de la mujer algo más real y no de las modelos de belleza que sabemos tienen un cuerpo que es poco común y que debe molestar lo menos posible para que las creaciones que la visten luzcan más.

 

Lo malo es que distorsionan la imagen y la auto imagen de las mujeres, especialmente de las adolescentes y nos hacen desear ser parte de los estereotipos de belleza que no necesariamente podemos o queremos seguir, pero que llenan todos los espacios donde nos desenvolvemos.

Las modelos son habitualmente adolescentes y que son fotografiadas y distorsionadas con Photoshop, para encajar a una “idea” de belleza. Una “idea” porque no es realidad, es fantasía.

Lo sé porque yo trabajé muchos años haciendo eso, sin darme cuenta de que hacía daño a las demás mujeres.

Volviendo a la campaña.

Quiero comentar que estas cosas que pasan generan una gran discusión alrededor, comentarios inimaginables de hombre y de las mismas mujeres, que valen la pena leer para generar un punto de vista propio y poder entender la visión del mundo.

Como la gente, escondida detrás de un computador, se da la libertad de  opinar del cuerpo de los demás, a veces de manera desalmada, ofendiendo sin razón, y generando, por lo menos en mi, una razón más para entender que el amor a mi cuerpo nace de aceptar quién soy en todas mis dimensiones.

Nací para algo mejor que solamente encajar en un estándar y preocuparme de que gente que no conozco y que no me quiere me diga qué hacer o cómo debo ser para agradarle. A la mierda con con ellos.